Hablar de equilibrio en un producto, es irse a una sencilla ecuación que maneja el trinomio precio, calidad y velocidad.

Cómo encontrar el equilibrio de un producto

¿A qué nos referimos con el equilibrio de un producto? Nos basamos un poco en la estrategia comercial que decide llevar cada empresa. Mientras que unas apuestan por competir en base a una estrategia de precio, otros prefieren llevar un producto de calidad y unos terceros prefieren posicionarse por un servicio rápido.

Así mismo no siempre es bueno decantarse por uno de los tres elementos de forma extrema, ya que ello supone olvidarse de los otros dos.

El luthier Ernesto Agustín Díaz decía:

«En esta empresa ofrecemos tres servicios: calidad, precio y tiempo. El cliente puede elegir dos de los tres, es decir: si desea calidad a precio módico, debe darnos más tiempo; si desea alta calidad en poco tiempo, debe pagarnos un precio mayor; y si desea precio módico en poco tiempo, debe sacrificar la calidad».

Con esta máxima podría describirse fácilmente el equilibrio de un producto. En resumen, es muy complicado ofrecer un equilibrio completo de los tres puntos, aunque hay que tratar de conseguirlo. Nunca se debe olvidar que siempre que se busque fomentar cualquiera de los tres, se deberán sacrificar los demás.

Un claro ejemplo es el de la gastronomía.

  • Si vamos a un restaurante de comida rápida, tendremos un servicio rápido, posiblemente barato, pero su calidad se verá reducida.
  • En un segundo caso preferimos ir a un restaurante de calidad, donde no podemos esperar un servicio tan rápido como el caso anterior y podemos esperar que el precio sea mayor, pero son dos sacrificios que hacemos por tener una buena calidad.
  • Finalmente buscamos un restaurante a buen precio, como siempre, esto es algo subjetivo, porque lo que para unos es caro para otros es barato. Si decidimos ahorrar precio, seguramente perderemos calidad y es probable que el servicio no sea el más rápido.

El equilibrio precio, calidad y velocidad

A la hora de comparar la relación calidad-precio nos olvidamos de la velocidad

Por cuestiones como los dos últimos casos, los consumidores tienden a hablar siempre de encontrar un buen producto o servicio relación calidad-precio, pero falta el tercer componente del trinomio, la velocidad.